"Diga lo que diga mi madre, para ser carnicero hay que tener vocación, como los médicos o enfermeros. Ella, sin embargo, piensa que es cosa de perseverancia. ¡Y una mierda!". Patricia siempre había soñado con ser secretaria. Nada muy pretencioso, pero el fracaso escolar, la necesidad económica y la presión de sus padres la empujan a incorporarse a la carnicería del mercado. Gracias a las divertidas andanzas amorosas de su amigo Giorgio —el tendero de frutas y verduras Naranjito— cuya misión es mostrar a los hombres el buen camino, Patricia va conociendo la vida y milagros de los trabajadores del mercado, entre ellos Abdul, el frutero paquistaní del 24/7. El día en que se encuentra a uno de los fruteros muerto en el congelador de la carnicería, su realidad da un nuevo giro. Desde su perspectiva, Patricia nos ayudará a descubrir los enredos y rencillas que podían haber desencadenado el asesinato. Razones para matar a un frutero retrata situaciones tan cómicas como disparatadas, con un lenguaje directo, cercano y ameno que arrancará más de una sonrisa al lector. Esta ópera prima de Paco Pomares recoge a muchos de los personajes del relato Castillos en la arena, su primera incursión literaria.