"No ha llegado a notar el discreto lector que en las letras contemporáneas de
los países que mejores y más espirituales las tienen, brillan por algún tiempo
jóvenes de gran talento, de alma exquisita, promesas de genio, que poco a
loco se cansan, se detienen, se obscurecen, vacilan, dejan de luchar por el
primer puesto y consienten que otros vengan a ocupar la atención y a gozar
iguales ilusiones, y a su vez experimentar el mismo desencanto? Un crítico
perspicaz, fijándose en tal fenómeno, ha creído explicarlo atribuyéndolo a la
poca fuerza de esas almas, genios abortados, superiores en cierto sentido (si
no se atiende al resultado, a la obra acabada), a los mismos genios que tienen
la virtud... y el límite de la idea fija, del propósito exclusivo y constante, pero
inferiores en voluntad, en vigor, en facultades generales, en suma."
los países que mejores y más espirituales las tienen, brillan por algún tiempo
jóvenes de gran talento, de alma exquisita, promesas de genio, que poco a
loco se cansan, se detienen, se obscurecen, vacilan, dejan de luchar por el
primer puesto y consienten que otros vengan a ocupar la atención y a gozar
iguales ilusiones, y a su vez experimentar el mismo desencanto? Un crítico
perspicaz, fijándose en tal fenómeno, ha creído explicarlo atribuyéndolo a la
poca fuerza de esas almas, genios abortados, superiores en cierto sentido (si
no se atiende al resultado, a la obra acabada), a los mismos genios que tienen
la virtud... y el límite de la idea fija, del propósito exclusivo y constante, pero
inferiores en voluntad, en vigor, en facultades generales, en suma."