Un grupo de bandoleros acusan de traición a uno de sus miembros, apodado El Sordo de Triana. Sus propios compinches lo condenan a muerte. Mientras aguarda, el Sordo pide confesión. Un rufián fingirá ser sacerdote para simular el sacramento, aunque aún le deparan sorpresas al condenado. Esta obra de teatro constituye junto a Ligazón la bilogía teatral "Auto para siluetas".-