7,49 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar
  • Format: ePub

Este vagar del pensamiento […] por caminos sin metas es semejante al pensar pensando, donde cada tanto nos sorprende un descubrimiento con valor de meta. En cuanto a las metas sin caminos, entiendo que se corresponden con hacer pasar los resultados de ese pensar distraído por el trazado que reconoce los rigores de la escritura. Algo así como trazar caminos para esas metas descubiertas en la distracción […]. Esta soltura me ayuda y me reconcilia con el escribir en este momento". Salud ele-Mental. Con toda la mar detrás recorre, por momentos "hablando al azar de la memoria y sus vicisitudes",…mehr

Produktbeschreibung
Este vagar del pensamiento […] por caminos sin metas es semejante al pensar pensando, donde cada tanto nos sorprende un descubrimiento con valor de meta. En cuanto a las metas sin caminos, entiendo que se corresponden con hacer pasar los resultados de ese pensar distraído por el trazado que reconoce los rigores de la escritura. Algo así como trazar caminos para esas metas descubiertas en la distracción […]. Esta soltura me ayuda y me reconcilia con el escribir en este momento". Salud ele-Mental. Con toda la mar detrás recorre, por momentos "hablando al azar de la memoria y sus vicisitudes", conceptos clave de la psicología social como la Numerosidad Social, entre otros, al tiempo que propone una reconceptualización de la salud mental, desde (mejor dicho, con) la propia voz de su autor. Fernando Ulloa nos dejó en estas páginas no sólo parte de su vasta experiencia como "operador en la producción de salud mental", sino también muchas de sus percepciones sobre temas que trascienden el campo de la psicología, del cual es considerado nada menos que uno de sus precursores en nuestro país.
Autorenporträt
Nació en Pigüé, el 1 de marzo de 1924. Se graduó de médico en la Universidad de Buenos Aires, en 1950, y pocos años después comenzó a trabajar junto a Pichon Rivière en la conocida Experiencia Rosario. Es considerado uno de los precursores de la carrera de psicología en la UBA, donde se desempeñó como docente hasta la tristemente célebre noche de los bastones largos. En la década del setenta retomó la enseñanza desde la cátedra de Psicología Clínica de Adultos e introdujo las llamadas Asambleas Clínicas: cientos de alumnos reunidos ni más ni menos que para pensar: "Ellos mismos eran objeto de la clínica; se observaban como comunidad". Su trabajo se centró en la "numerosidad social", tal como denominó a los distintos colectivos humanos con quienes trabajó sus técnicas "para generar pensamiento crítico". Fue elegido presidente de la filial Buenos Aires de la Federación Argentina de Psiquiatras. Durante el siniestro proceso militar que vivió la Argentina, se vio obligado a viajar a Brasil, donde continuó desarrollando actividades en el campo de los derechos humanos. Fue asesor del Movimiento Solidario de Psiquiatría en el programa con familiares de desaparecidos y presos políticos, y colaboró además en peritajes judiciales para esclarecer casos de torturas durante el terrorismo de Estado. Actuó como perito de parte para Madres de Plaza de Mayo en juicios por apropiación de niños.