Es la primera obra del filósofo alemán. En este libro, controvertido en su tiempo, no sólo expone de forma sistemática el contenido de su estudio de los griegos, sino que también empieza a moldear su filosofía, que ya estaba influida por los pensamientos de Arthur Schopenhauer y por la música de Richard Wagner. Este texto que es un híbrido entre filosofía y filología, razón por la cual el propio Nietzsche lo calificó de «centauro», trata del nacimiento de la tragedia ática, de los motivos estéticos que la inspiraron y de las causas de su desaparición. En sentido nietzscheano, el objetivo de este libro es explicar la interpretación de tragedia en la antigua Grecia, que difiere del concepto contemporáneo de la misma.
La obra desarrolla la tesis según la cual dos grandes fuerzas opuestas gobiernan el arte: la fuerza dionisíaca y la fuerza apolínea. Estas dos fuerzas otrora unidas en la tragedia griega, fueron separadas por el triunfo de la racionalidad con Eurípides y Sócrates. Nietzsche tenía la esperanza de reencontrar esa antigua unión en la música de Richard Wagner a quien por cierto dedicó esta obra.
La obra desarrolla la tesis según la cual dos grandes fuerzas opuestas gobiernan el arte: la fuerza dionisíaca y la fuerza apolínea. Estas dos fuerzas otrora unidas en la tragedia griega, fueron separadas por el triunfo de la racionalidad con Eurípides y Sócrates. Nietzsche tenía la esperanza de reencontrar esa antigua unión en la música de Richard Wagner a quien por cierto dedicó esta obra.