A pesar de que Octavia queda completamente embelesada por el príncipe Markus de Delti desde el instante en que ve, ella se sorprende cuando el enorme y apuesto guerrero la toma cautiva y le informa que ella es su compañera predestinada, aquella que estará unida irrevocablemente a él por el resto de sus vidas.
Rápidamente, Markus deja claro que exigirá obediencia y sumisión por parte de su compañera y, cuando la bella y testaruda sacerdotisa de Zatari cuestione su honor, él no dudará en desnudar su trasero y azotarla violenta y exhaustivamente.
El humillante castigo deja a Octavia furiosa, aunque irremediablemente excitada, y a pesar de que eso la llena de vergüenza, pronto se encuentra a sí misma suplicándole a su compañero para que domine por completo a su cuerpo. Cuando Markus finalmente la reclama, su habilidosa y dominante forma de hacer el amor la satisface tan profundamente que resulta ser más de lo que ella hubiera creído posible, sin embargo, ¿abandonará ella a su propio pueblo y permanecerá al lado de Markus para siempre?
Rápidamente, Markus deja claro que exigirá obediencia y sumisión por parte de su compañera y, cuando la bella y testaruda sacerdotisa de Zatari cuestione su honor, él no dudará en desnudar su trasero y azotarla violenta y exhaustivamente.
El humillante castigo deja a Octavia furiosa, aunque irremediablemente excitada, y a pesar de que eso la llena de vergüenza, pronto se encuentra a sí misma suplicándole a su compañero para que domine por completo a su cuerpo. Cuando Markus finalmente la reclama, su habilidosa y dominante forma de hacer el amor la satisface tan profundamente que resulta ser más de lo que ella hubiera creído posible, sin embargo, ¿abandonará ella a su propio pueblo y permanecerá al lado de Markus para siempre?