Dos caminos que se encuentran otra vez. Una estrella que vuelve a brillar. Un reloj detenido en un tiempo maravilloso. Dubái, Berlín, Tinduf. El final de una historia donde el amor puede ganarlo todo. Cuando acepté vivir como una nómada, en todas partes y en ningún sitio, no esperaba que fuera tan complicado. ¿Cómo iba a saberlo? No era consciente de dónde me metía en realidad, y tampoco me preocupé de averiguarlo. Me centré exclusivamente en lo que más quería: estar con él, solo nosotros, al margen del dinero, del estatus social o de las viviendas de lujo. Fue muy reconfortante descubrir que, más allá de mi burbuja, había un mundo de colores esperando que me abriera para recibirlo. Pero el mundo pudo conmigo. El mismo destino que nos unió acabó con todo lo que habíamos construido. Con todo excepto con la certeza de que siempre estaré enamorada de él, del hombre que hay detrás de esos deslumbrantes ojos azules, infinitos como el cielo: John.