La singular primera novela de Alexandra Kleeman es un cruce entre La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon y Ruido blanco de Don DeLillo, una fábula inquietante sobre los aspectos más oscuros de una civilización sometida a los dictados del consumismo. ¿Qué pasa cuando el sexo, la amistad, el amor, la dieta y la forma de nuestro cuerpo pasan a regirse por los ideales inalcanzables de la publicidad, los reality shows y una sociedad dominada por corporaciones opacas? Como un espejo cóncavo, Tú también puedes tener un cuerpo como el mío retrata una realidad que es y no es la nuestra, y erige un universo distópico que nos resulta extrañamente familiar. A es una joven que vive en una anónima ciudad norteamericana con su compañera de piso, B, y su novio, C. A se alimenta casi exclusivamente de helado y naranjas, se pasa la vida hipnotizada ante el televisor y hace lo posible por amoldar su cuerpo a un canon de belleza que solo existe en los anuncios. B se esfuerza desesperadamente por parecerse lo más posible a A, copiando sus hábitos y apropiándose de sus cosas, mientras que A, insatisfecha a su vez, busca un sentido a su vida más allá de su dependencia sentimental de C y se distrae espiando a la familia que vive al otro lado de la calle hasta que estos desaparecen en circunstancias misteriosas.