En la provincia de Tarascón, en el sur de Francia, todo el mundo conoce las historias de Tartarín, el quijotesco y singular personaje que cuenta grandes hazañas y viajes en África y Asia.
Que Tartarín nunca se haya alejado de su pueblo natal no parece ser un problema para él ni para los tarasconenses, hasta que un día, hartos de sus cuentos, sus conciudadanos le exigen que cumplan sus aventuras y viaje hasta Argelia, para hacer honor a la fama de cazador de leones que el propio Tartarín –que no ha visto un león en su vida aparte de los del circo- se ha autoimpuesto. De este modo, parte Tartarín hacia el África colonial francesa de finales del siglo XIX, con el objetivo de mostrar su valía.
Alphonse Daudet (1840-1897) creó en “Tartarín de Tarascón” uno de los personajes más conocidos en Francia. A medio camino entre Don Quijote y Sancho Panza, el personaje deambula por la Argelia colonial con sus dosis de humor, sátira y crítica al régimen colonial, lo que lo ha convertido en uno de los más queridos de Francia.
Que Tartarín nunca se haya alejado de su pueblo natal no parece ser un problema para él ni para los tarasconenses, hasta que un día, hartos de sus cuentos, sus conciudadanos le exigen que cumplan sus aventuras y viaje hasta Argelia, para hacer honor a la fama de cazador de leones que el propio Tartarín –que no ha visto un león en su vida aparte de los del circo- se ha autoimpuesto. De este modo, parte Tartarín hacia el África colonial francesa de finales del siglo XIX, con el objetivo de mostrar su valía.
Alphonse Daudet (1840-1897) creó en “Tartarín de Tarascón” uno de los personajes más conocidos en Francia. A medio camino entre Don Quijote y Sancho Panza, el personaje deambula por la Argelia colonial con sus dosis de humor, sátira y crítica al régimen colonial, lo que lo ha convertido en uno de los más queridos de Francia.