El cuerpo sin vida de Adrián, de 17 años, hijo de un exitoso empresario de origen chino, aparece en un piso deshabitado de Madrid tumbado sobre un sofá, abrazado a una estatuilla religiosa. Todo parece indicar que Adrián se ha suicidado; sin embargo, la joven inspectora Mónica Rojo sospecha que puede tratarse de un crimen. Sus pesquisas la llevan a plantearse numerosas preguntas: ¿fue Adrián captado por una secta? ¿Qué oscuro secreto esconde su familia? ¿Quién o quiénes podrían estar interesados en la muerte de un adolescente de diecisiete años, con una vida aparentemente normal? O si en realidad decidió quitarse la vida, ¿qué fue lo que le empujó a tomar esa decisión? La inspectora se topa con una particular aplicación de contactos y visita un extraño local nocturno con el fin de encontrar respuesta a estas preguntas. Cristina Higueras, con una prosa elegante, directa y absorbente, nos atrapa con una novela magistral por su precisión a la hora de perfilar los caracteres de sus personajes y definir el mundo de apariencias en que se mueven, un universo donde tras el resplandor del lujo y el fulgor de los privilegios acechan las sombras de la doble moral, el materialismo y la falta de escrúpulos.