El Oriente es la patria de todo lo maravilloso. En la antigüedad y en los inicios de las costumbres de tan lejanos países, se hallan consejas y enigmas extremadamente raros que aún se resisten a la razón, según ella misma más sabia. Viven también en estos parajes seres extraños que nosotros consideramos locos pero que, en aquellas tierras, son adorados como seres sobrenaturales. El espíritu oriental considera a estos santos desnudos como depositarios maravillosos de un genio más elevado que, desde el firmamento, se ha precipitado en el cuerpo humano, que ahora no sabe comportarse humanamente. Pues, según vemos, todas las cosas en el mundo son ya de una u otra manera, según las observemos. La razón humana es un filtro maravilloso que, a su solo contacto, convierte todo cuanto existe de acuerdo con nuestros deseos