Todos sentimos cosas, pero no siempre nos resulta fácil poder explicarlas. Marcos Antoniacomi intenta, en cada microrrelato, captar el sentimiento de la forma más fiel posible, para así poder dejar registro de lo que alguna vez sintió su cuerpo. En ese camino, invita a cada lector a abrirse un poco más a este mundo, a mostrarse más vulnerable, "más humano", como él dice. El texto se entiende como un registro de lo que uno no quiere, donde se deja asentado lo vivido para no caer en la repetición o, asimismo, como constancia de los lindos momentos, como una suerte de fotografía de los instantes más gratificantes de la vida.