Sergio ha sufrido mucho a lo largo de su vida y una serie de pérdidas lo han sumido en una especie de apatía. Un día, se entera de que una tía abuela le ha heredado una casa antigua con la condición de que viva en ella por lo menos durante un año. Cuando se empieza a sentir a gusto, un pequeño solicita su ayuda y lo guía a un macabro hallazgo. El comisario lo considera culpable de un doble asesinato: ahora deberá demostrar su inocencia como sea.