Por qué los caminos hacia el diseño constituyente fueron tan distintos en Argentina y Estados Unidos? ¿Por que llevó más de cincuenta violentos años (1810-1861) a los sectores dirigentes argentinos arribar a un acuerdo institucional, en tanto sus pares norteamericanos lo lograban en tan sólo diez (1776-1787) y sin mayores enfrentamientos? ¿Se relaciona ello con las disposiciones o tradiciones institucionales de uno y otro país? ¿O más bien con la perspicacia de cada élite dirigente y los esquemas constitucionales elegidos por ellos? ¿O quizás con los conflictos específicos que enfrentó cada país? Estas son las preguntas básicas que recorren las tramas históricas que se explican en este libro, y sobre las que se especifican algunas respuestas. Ellas desafían el supuesto de que una visión y el afán colectivo de organizar un país es motivo suficiente para pactar sus instituciones básicas. Por el contrario, estiman que todo camino hacia un diseños constituyente tiene un final abierto: puede conducir al acuerdo, pero también al desacuerdo... y a la guerra. A través de los casos argentino y estadounidense, se analiza qué tipo de conflictos puede obstaculizar un compromiso común, cuáles mecanismos institucionales pueden evitarlos o resolverlos, y que se espera que suceda si los actores no alcanzan un arreglo.