Tus padres no existen. Tu vida aquí no existe. Nada existe y por eso no lo puedes recordar. Porque alguien te ha obligado a vivir una vida que no es la tuya. Tú no perteneces a este sitio, ni a este momento. Tu lugar y tiempo están muy lejos de aquí. Los tuyos también lo están. Por eso todas esas personas que creías conocer desde hace años te son desconocidos. Porque realmente no les conoces. Pero los tuyos no hemos estado tan lejos como crees… hemos estado en los que creías familiarmente desconocidos. Nosotros hemos estado contigo, te hemos protegido a cada paso, en cada callejuela, incluso en ese lugar desconocido al que llamabas casa. Somos los culpables de que te hayas sentido observado, de que te hayas sentido escuchado, de las caricias fantasmas. ¿Te sigue asustando verte reflejado en el espejo?