Este libro reconoce una doble inspiración: el debate apasionado sobre el régimen de la visualidad en la llamada "civilización" de la imagen y la reflexión, no menos relevante, en torno del diseño, su protagonismo y su responsabilidad en los modos de ver y de ser. Una articulación imprescindible y escasamente abordada, que permite analizar con sutileza la complejidad de las culturas contemporáneas: el ver como sentido privilegiado, la imagen y los medios de comunicación en la "sociedad global", la realidad como espectáculo, la creciente indistinción de las esferas de lo público y lo privado –y el énfasis en la intimidad-, las imágenes traumáticas de nuestro tiempo, las políticas de la mirada, la marca del diseño en esas políticas, su impronta en el espacio urbano, en las pantallas y en la subjetividades. Es que vemos ya un "mundo diseñado", desde lo público a la imagen de sí, incluidas las pautas que la sociedad impone para la conducta y para el "buen vivir". Un "buen vivir" donde el diseño aporta armonía estética, claridad comunicativa, orden conceptual, satisfacción de deseos… y al mismo tiempo impone determinaciones, se identifica con lógicas de mercado, trabaja sobre nuestros afectos, configura sujetos e identidades. Un protagonismo que supone por cierto tanto el involucramiento estético como ético y político. Así, los capítulos abordan los dilemas de la imagen entre el "ver o no ver", la constitución del campo del diseño y su relación con el arte, su impacto en los cuerpos y estilos de vida y las marcas urbanas de la memoria reciente, en diálogo con relecturas críticas de paradigmas teóricos fundamentales.