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Dentro de la obra espiritual de san Pedro Poveda, "Vivir como los primeros cristianos" recoge uno de los aspectos fundamentales de su pensamiento: la vuelta a la vocación arrolladora de los hombres y mujeres de la primitiva Iglesia que fueron capaces de cambiar la historia con el testimonio de una fe vivida en la entraña del mundo hecha aliento, levadura y sal. Los pensamientos, entresacados de su amplia producción literaria, nos ofrecen, como en pinceladas, las características propias del cristiano que quiere ser un verdadero seguidor de Jesús y un atento servidor de los que le rodean. Fe,…mehr

Produktbeschreibung
Dentro de la obra espiritual de san Pedro Poveda, "Vivir como los primeros cristianos" recoge uno de los aspectos fundamentales de su pensamiento: la vuelta a la vocación arrolladora de los hombres y mujeres de la primitiva Iglesia que fueron capaces de cambiar la historia con el testimonio de una fe vivida en la entraña del mundo hecha aliento, levadura y sal. Los pensamientos, entresacados de su amplia producción literaria, nos ofrecen, como en pinceladas, las características propias del cristiano que quiere ser un verdadero seguidor de Jesús y un atento servidor de los que le rodean. Fe, tolerancia, alegría, humildad, oración, audacia, seguimiento…, van apareciendo a través de las páginas de este libro con esa contundencia y el convencimiento tan característicos de su autor que mueven a tomar en serio a ejemplo de los primeros cristianos, la vida cotidiana.
Autorenporträt
Pedro Poveda Castroverde (1874-1936), sacerdote pedagogo español, fundador de la institución teresiana, nació en Linares (Jaén). Sus primeros trabajos como educador tuvieron lugar en Guadix (Granada). Posteriormente, fue nombrado canónigo de la basílica de Nuestra Señora de Covadonga y en 1911 abrió sus primeras "Academias y Centros pedagógicos", iniciando movimiento de renovación educativa que se extendió por España y otros países. Fue el inicio de la Institución Teresiana, asociación laical comprometida con la misión de llevar la sociedad la "buena nueva" de la educación y la cultura y que supuso un gran impulso para la incorporación de la mujer al campo educativo y profesional los comienzos del siglo XX. Después de una intensa vida dedicada a la promoción humana y social, de su nación evangelizadora abierta la trascendencia, comprometida con la justicia y con la cultura de su tiempo, el 27 de julio de 1936, pocos días después del comienzo de la guerra civil española, fue detenido en su domicilio y abatido en martirio por la fe. Fue beatificado en Roma el 10 de octubre de 1993 y canonizado en Madrid el 4 de mayo de 2003 por San Juan Pablo II.