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«Tengo el poder del oso (Mahyó hotah) y, cuando lo necesito, me da fuerza.» Son palabras de Alce Negro, el célebre hombre medicina de los sioux. Pero Alce Negro lleva ya cuarenta y un años criando malvas en Manderson White Horse Creek, sus frases son pasto de hippies, los osos hace tiempo que no quieren saber nada del tema y todas las promesas han sido violadas. En la gramola ya solo suena el blues de la reserva: tierra yerma, casinos, chatarra, minas de uranio abandonadas, alcohol y paro. El momento es el verano de 1991. El lugar, Electric City, Washington, al sur de la reserva de los indios…mehr

Produktbeschreibung
«Tengo el poder del oso (Mahyó hotah) y, cuando lo necesito, me da fuerza.» Son palabras de Alce Negro, el célebre hombre medicina de los sioux. Pero Alce Negro lleva ya cuarenta y un años criando malvas en Manderson White Horse Creek, sus frases son pasto de hippies, los osos hace tiempo que no quieren saber nada del tema y todas las promesas han sido violadas. En la gramola ya solo suena el blues de la reserva: tierra yerma, casinos, chatarra, minas de uranio abandonadas, alcohol y paro. El momento es el verano de 1991. El lugar, Electric City, Washington, al sur de la reserva de los indios colville. Más concretamente, la barra de la taberna de Eddie «el Loco», donde los hermanos White, Andre y Smoker, de sangre mestiza, el residuo de la combustión de tres generaciones de gente averiada y batallas perdidas, se dan cita todas las noches para lamentarse y revolcarse en los escombros. Todo cambia el día en que un fanático religioso de dudosas intenciones secuestra a la hija de Smoker. Los dos hermanos cogerán sus rifles, se subirán a una vieja camioneta y saldrán en busca de la niña, como John Wayne en Centauros del desierto, pero al revés y muy borrachos. En el camino, invocarán el poder del oso, aunque no podrán evitar viajar bajo el influjo de Coyote (Sinkalip en lengua salish), el incomprensible héroe tribal, que lo único que busca es jugársela a Topo, copular con sus parientes y derrotar a Perro Monstruo. Como en los viejos tiempos de Caballo Loco, emprenderán una última incursión, heroica y descabellada, que acabará con ellos o los redimirá para siempre.
Autorenporträt
BRUCE HOLBERT (1959) nació en Ephrata, Washington, y se crio a la sombra de la presa Grand Coulee, la mayor estructura de hormigón del país, a tiro de piedra de las montañas Okanogan. Vivió en veintitrés localidades distintas antes de cumplir los seis años. Su padre trabajaba en la construcción y plantaban la caravana allí donde el trabajo los llevara. Desierto, bosques y montañas. Comían de lo que cazaban y pescaban. Su bisabuelo, Arthur Strahl, fue explorador indio y uno de los primeros colonos de «la gran colada de lava» de la meseta del río Columbia, «un territorio que parece devastado por gigantes». Arthur mató al marido de su hija en el curso de una discusión sobre la propiedad y acabaría muriendo en prisión, sin volver a tener contacto con la familia. Holbert se inspiraría en él para concebir al protagonista de su primera novela, Lonesome Animals (2012). En la segunda, The Hour of Lead (2015), seguiría ahondando en el mito del Oeste, con el que siempre ha mantenido una relación de amor-odio. Él mismo llegaría a conocer «la hora del plomo». Con veintidós años mató accidentalmente de un tiro a su mejor amigo cuando iban en un Vega rojo camino de la Carrera Suicida del Omak Stampede, el rodeo anual que se celebra durante la primera quincena de agosto al oeste del Sam Hill Memorial Bridge: vaqueros y miembros de las Tribus Confederadas de la Reserva Colville remedando las legendarias pruebas de resistencia de los viejos guerreros indios. Holbert creció cercado por ese mito. Un mito sin centro moral que desconfía de las palabras y el intelecto para dar pábulo a la violencia como única forma de expresión personal, garantía de matrimonios rotos, prisión y aislamiento devastador, sin apaños hollywoodienses. Rebeldes, de S. E. Hinton, fue el libro que lo hizo creer religiosamente en el poder de las historias. Luego vendrían Alguien voló sobre el nido del cuco y Catch 22. Suscribe las palabras de John Steinbeck: «Somos animales solitarios, nos pasamos toda la vida tratando de paliar la soledad. Y uno de nuestros métodos más antiguos es contar historias». Actualmente reside en Nine Mile Falls, en el condado de Spokane, con su mujer, tres hijos, un perro, tres gatos y dos parejas de águilas calvas. Su único lujo es el bourbon. No concibe mejor manera de pasar la tarde que sentarse en el porche trasero y ver a las águilas pescar en el río.