El pueblo hispanomusulmán, tan amigo de la decoración, no podría olvidar el capítulo de las artes decorativas que cultivó con acierto y variedad, dando muestras de su habilidad característica en todas las labores manuales. Entre los musulmanes la artesanía estaba elevada a precepto moral. El Corán obliga bajo graves penas morales a los artesanos a ejecutar con toda honradez y perfección sus trabajos y a cobrar por ellos lo que fuera justo sin excederse lo más mínimo. Grabado en español ibérico (España).
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