No estaba previsto que Juana reinara. No la educaron ni la dotaron de recursos para el gobierno. Pero le tocó el trono. Acompañada por un marido volátil y vigilada por cortesanos de dudosa lealtad, pese a todas las adversidades Juana logró que se respetara la voluntad de su madre, Isabel la Católica: que fuese su nieto Carlos quien heredara la corona. Grabado en español ibérico (España).
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