Florián Recio escribe sus relatos con una estilográfica Montblanc, nos habla de un diccionario de palabras que no existen, y utiliza otras poco corrientes, como tabuco, que no es la abreviatura de Tabucodonosor, sino un cuchitril. Huye de la metáfora y de la mentira, y tiene una moneda con dos caras muy distintas. Conoce un mundo paralelo en el que los Beatles son unos ancianitos que juegan a las cartas y nunca llegaron a ser músicos profesionales, porque no veían ningún futuro en esa profesión. Y, por último, se confiesa sin pudor y dice: Yo maté a Joaquín Sabina. Miguel Vigil
Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, D ausgeliefert werden.