"Este estudio hace una revisión del pensamiento arend-tiano a la luz de la figura del espectador como político y ciudadano. En este sentido, El mundo como teatro da cuenta de aquello que tematizó Bertolt Brech respecto a la figura del filósofo y su inconciliable compromiso con el teatro político: Los filósofos burgueses insisten en establecer una distinción fundamental entre acción y contemplación. Pero el verdadero pensador no hace esta distinción. Todo el que la hace deja la política en manos de los que actúan y la filosofía en manos de los que la contemplan. (Brech, 1930-1931). Abolir las diferencias, asumirlas como elemento conflictivo y constitutivo de la capacidad de juzgar es lo que se propone este texto. La transposición a experiencias terroríficas del pasado, narrar un acto o acontecimiento colectivamente inau- téntico, son algunos de los ejes conmovedores que se encuentran presentes en el pensamiento de Arendt que inducen a repensar su herencia filosófica."