Los Institutos de Segunda Enseñanzas en Cuba componen una fracción académicas, deportivas, artístico-literaria y del patrimonio histórico-educativo de la nación, al constituir fuente imprescindible y componente de la Historia de la Educación, además de ser tesoreros de la memoria individual y colectiva de la sociedad, y contribuir a la formación ciudadana y profesional del pueblo. Estos le esgrimieron importancia y jerarquía a los municipios donde fueron instalados y beneficiaron a sus pueblos limítrofes al proporcionar la labor de educar a los jóvenes en la enseñanza media, que los capacitaba para continuar estudios universitarios, independientemente de la insuficiencia lógica que asegurara la continuidad del egresado. El bachillerato en Cuba desde su fundación durante la Colonia hasta la República, en algunos periodos fue inestables y presentó dificultades en la vida académica. A partir de 1900 estuvo regido por diferentes planes de estudios (Plan Varona; el Guzmán de 1939 y el Remos de 1941).