El trabajo parte de la concepción de clase por parte de las familias migrantes analizadas. Asimismo se aludió a aspectos centrales del capital social y cultural relacionado a las expectativas de estos actores. Este hecho tuvo una influencia decisiva en la manera en que los miembros de estas familias vivieron y se desarrollaron en Estados Unidos, como trabajadores especializados o comerciantes. Orientación que fue transmitida o heredada a sus hijos, misma que les permitió en la segunda generación obtener logros académicos que posteriormente los conduciría a desarrollarse y asimilarse a la sociedad norteamericana. La configuración de estos circuitos familiares se particularizó a través de su condición social, enfatizando su situación migratoria bajo una auto percepción de legalidad o migrantes documentados. Desde esta perspectiva su posición de clase contrasta con otros circuitos referidos en la literatura del tema migratorio y la forma en que han dinamizado el flujo del dinero en ambas direcciones. El resultado del trabajo etnográfico, muestra la dinamización de estos circuitos a ambos lados de la frontera bajo patrones cualitativamente diferentes a la migración campesina en México.