Para los estudiosos de la inteligencia, un buen resultado en el cociente de inteligencia pronostica éxitos en las materias escolares pero no predicen la superación personal en el futuro; y es que para lograr este éxito se tiene que complementar con un manejo adecuado de la inteligencia emocional para superar los problemas en la vida cotidiana. La UNESCO el año 1996, manifestó que la enseñanza de los sentimientos y emociones son un suplemento necesario para el desarrollo de los conocimientos y un instrumento para la prevención, y propone cuatro pilares para el cimiento de la educación: "aprender a conocer", "aprender a hacer", "aprender a convivir" y "aprender a ser". Son los dos últimos pilares los que apoyan nuestro trabajo; "aprender a convivir" implica una interrelación diaria entre estudiantes y docentes en el rol primordial para fomentar un clima del aula afectivo, de convivencia pacífica y cooperación de los aprendizajes; y "aprender a ser" nos lleva por el camino de la inteligencia emocional que nos darán las herramientas para el desarrollo personal y el dominio de nuestros sentimientos y emociones. La investigación consta de ocho capítulos en forma secuencial.