A fines del mes de enero de 2009 el cuerpo electoral boliviano aprobó con más del 61% de sufragios una nueva Constitución, portadora de importantes innovaciones. Entre ellas, el reconocimiento y consagración del carácter plurinacional del Estado boliviano, acompañado de la institucionalización del pluralismo jurídico y jurisdiccional, y la adopción de una estructura basada en autonomías territoriales, inspirada en el modelo español. La centralidad de estos temas en la remozada armazón estatal boliviana (autonomías y derechos de los pueblos indígenas) explica el por qué fueron elegidos como "objeto de estudio" de los tres ensayos recogidos en este libro.