A lo largo de este trabajo se intenta observar cómo particulares procesos socio-culturales, que tuvieron lugar en contextos territoriales específicos como Nueva York, San Juan y Cali, han estado ligados a dinámicas históricas mucho más amplias de tipo geopolítico y macroeconómico, generando así una tensión entre producción y mundialización de imaginarios (Jesús Martín-Barbero), y prácticas de apropiación y resignificación simbólica a nivel local. De tal forma, la distinción como música salsa de una recurrente serie de re-interpretaciones e innovaciones sobre el repertorio musical afrocubano, mayoritariamente hechas por puertorriqueños que vivían en el barrio latino de Nueva York a mediados de los sesenta, será solo un horizonte en la configuración de un conjunto de prácticas de comunicación nominadas como cultura salsera , a través de la cual la población urbana de Puerto Rico, las clases populares de Cali y las comunidades latinas del propio Nueva York, han expresado, celebrado y materializado su experiencia diferencial de modernidad-mundo (Renato Ortiz).