En la actualidad, se puede considerar casi obligatorio el uso de herramientas de control de los recursos informáticos por parte de las empresas del sector de las tecnologías de la información. Esto se debe a que disponer de un sistema de monitorización centralizado que permita gestionar las incidencias en las infraestructuras informáticas implica un considerable ahorro de tiempo, personal y, por lo tanto, dinero. Además, mejora la calidad del servicio que se ofrece y proporciona seguridad a los usurarios, clientes y responsables informáticos que utilizan o gestionan éstos sistemas.