En el sector agroalimentario se generan gran cantidad de residuos que podrían constituir fuentes potenciales de productos de alto valor añadido con una gran demanda en sectores como el farmacéutico, alimentario o cosmético. La tecnología con fluidos supercríticos ha demostrado ser una tecnología limpia, viable para el aprovechamiento de estos subproductos, al igual que para la obtención y purificación de extractos de sus matrices vegetales. Todos estos productos extraídos aumentarían su valor, tanto funcional como económico, si se presentasen en formulaciones adecuadas a su mejor uso. Las formas más comunes de dosificación son en estado sólido, partículas con unas propiedades físicas y químicas adecuadas, siendo la tecnología supercrítica viable para generar micro-nanopartículas con geomería, tamaño y distribución de tamaños controlada. Por último, todo aquello que no pudiera ser aprovechado y constituya un residuo con alta carga orgánica, podría ser depurado mediante oxidación húmeda o supercrítica, consiguiendo la eliminación completa de la materia orgánica presente al tiempo que se aprovechan energéticamente los vertidos.