Este libro aborda las transformaciones más trascendentales que han experimentado la concepción y proyección social y económica del patrimonio en las últimas décadas en el ámbito internacional, tratando de individualizar cuáles de ellas tendrán una mayor relevancia en la conformación del patrimonio en el siglo XXI. Para ello, proporciona una visión global de los distintos ámbitos que afectan a la caracterización y nuevas dimensiones del patrimonio en el contexto de un mundo globalizado y rápidamente mutable y se cuestiona sobre los principales interrogantes y retos que sigue planteando la consideración del patrimonio como un recurso cultural y, sobre todo, económico. Así, se analizan cuestiones clave como la influencia de las convenciones de la UNESCO en la expansión de la noción de patrimonio, su caracterización evolutiva y multidimensional, más atenta a las demandas sociales en este marco, y la reformulación de los fines de su gestión, que sitúan al patrimonio como un elemento clave dentro de los nuevos paradigmas del mercado de la cultura y sus industrias, con impactos positivos y negativos sobre su significado e imagen que son evaluados con especial detenimiento.