En nuestros di as, la relacio n entre identidad y utilizacio n simbo lica del imaginario colectivo es un tema de pretendida actualidad. Bajo otros o rdenes, como la globalizacio n, se potencia la relacio n entre la identidad y su significacio n expresada a nivel colectivo. Hablar de las identidades consiste en detenerse ante la visio n panora mica de la industria cultural. A aquellos atrapados en el presente, angustiados por el desidera tum del futuro, con o sin patrimonio del pasado, identificarse con algo en la vida real o virtual es procurar un camino que les libre del desgarramiento tra gico. No podemos defraudar y lanzar a tantos a un naufragio. Tampoco podemos contentarnos de vivir de asombros identitarios, representaciones que al cobrar sentido nos proponen olvidar de que no hemos todavi a tomado consciencia de su reemplazo de lo concreto. Al ponerse en lugar de la presencia concreta, los asombros identitarios imponen un sentido quime rico de la virtualizacio n como potencia desprovei da de vigor, asi desvirtuada por los medios dominados por la artilleri a del mercado.