Tiene usted en sus manos un libro peculiar en muchos sentidos. Por un lado ha sido escrito no para ser leído, no para divertir o para instruir, sino que ha sido escrito para ser vivido. Por otro lado el destinatario final del mismo no es quien lo lee sino aquella persona -llámese hijo, nieto, familiar o discípulo- que puede ver mejorada su calidad de vida gracias a la lectura que Ud. haga de estas páginas. Siempre será nuestro hijo; con las características que nos hacen a TODOs seres humanos. ¡Distintas pero al final NUESTRAS!