Este libro reúne cuatro ensayos sobre poesía latina: aquella poesía latina en que el amor y la muerte han dejado páginas perdurables de su perpetuo diálogo apasionado. Amor y muerte quedaron entrelazados en ella, desde que Catulo escribió el breve poema que empieza Vivamus, mea Lesbia, atque amemus. Vivamos y amemos hoy, sin importarnos las murmuraciones de los viejos más severos; los soles pueden morir y renacer: cuando se extingue nuestra breve luz, nos aguarda la noche eterna. Horacio, Virgilio, Propercio, Ovidio, describirían en versos magníficos los infinitos matices de aquel diálogo, de aquel inmortal impulso amoroso siempre asediado por la mortalidad. Frente al tiempo irreparable que todo lo devora, el amor insiste y se demora en cada ser como si fuese eterno, o como si mereciese ser eterno. E incluso más allá de la pira funeraria, en esas cenizas tibias de lo que fue un hombre, seguirá ardiendo la llama invisible: Traicit et fati litora magnus amor, estampa Propercio: auncruza las riberas del hado un gran amor.