"...Y es que este síndrome psiconeuroinmunoendocrino catártico hiperafectivo o como solemos llamarlo "El Amor", no termina allí (...) Cuadros de depresión o ansiedad enmascarados bajo las frases: "...quisiera amarte menos, porque esto ya no es vida..." [1], "...prefiero morir mil veces cuando no te estoy mirando..." [2], "...tu amor es como un tóxico, es un efecto narcótico que amarra cuando quiero libertad..." [3] o "...por tu maldito amor, no puedo continuar con tantas penas, quisiera destrozarme hasta las venas..." [4]; y expresiones cotidianas con subrepticio contenido psicopatológico de características maniacas como "...Hoy yo quiero a todo el mundo y el mundo me quiere a mí..." [5] o "...Qué me importa el mundo si yo te quiero con gran devoción..." [6] son casi siempre, por error, pasadas por alto; al igual que cuadros de delirio viscerozoico en alegatos como: ..." Fragmento del ensayo: De porqué el amor es una enfermedad. Alma Grace Pineda Terán