Charal es convocado para batallar el primer día del año 1994 contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, participando en la tropa de apoyo, dirigida por el general Gutiérrez Bello. Este es el testimonio de su misión como soldado: formar parte del cerco del diablo, un infierno impenetrable dentro de la propia guerra del que nadie, enemigo o aliado, puede escapar jamás.