La preocupación por lograr un equilibrio entre el consumo, la población y la capacidad de sustento de la tierra nos coloca frente a la necesidad de pensar el desarrollo como un proceso que requiere del progreso simultáneo en cuatro dimensiones: económico, humano, ambiental y tecnológico; en tal sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Resolución 57/254 (ONU, 2002), proclamó el período 2005-2015 Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible a fin de promover la educación como fundamento de una sociedad más viables, por consiguiente se hace necesario promover desde las universidades formadoras de docentes, un proceso educativo dirigido al desarrollo de un pensamiento sistémico-integrador en los estudiantes; para lo cual es necesario romper con la división, la fragmentación y la simplificación presentes en las estructuras disciplinares, promoviendo el análisis de los fenómenos en forma integrada, donde se relacionen al mismo tiempo el todo con las partes, afin de generar la comprensión de nuevos niveles de la realidad. Se hace necesario desarrollar las competencias para relacionar unas cosas y fenómenos con otros.