Para nacer ha nacido, el nacer primero que no es el único, porque también muriendo se nace. Morir es nacer de nuevo, pero es nacer para la inmortalidad. No importa que no se haya comprendido en absoluto el telos de la primera vida, cuando, aunque sin buscar la inmortalidad, traspasa y trasciende lo mundano y material. Lo interesante del caso es que sin eso mundano y material, no es posible trascender, le ocurrió a Krshna, a Buda, a Abraham, a Zaratustra, a Confucio y Lao Tsé, a Mencio y a Jesús¿ trascender el mundo impúdico para volver a nacer, es un acto de heroísmo y valentía, pues morir y quedar sepulto hasta el recuerdo, es bien sabido, termina siendo el escapar de todo, de todo y de más.
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