Gracias a los avances experimentales en óptica cuántica, la Mecánica Cuántica es una de las teorías físicas con mejor soporte experimental. La no localidad implícita en la interpretación convencional de esta teoría ha sido objeto de debate desde que en 1935 Einstein, Podolsky y Rosen publican un famoso trabajo cuestionando las bases de la teoría y estimulando el surgimiento de interpretaciones locales. El debate permanece en el plano filosófico, hasta que en 1965 el matemático John Bell proporciona una herramienta cuantitativa que permitiría resolver la cuestión a través de medidas experimentales. Desde entonces, se han realizado experiencias en varios laboratorios con creciente grado de sofisticación. Las mismas establecen, prácticamente sin lugar a dudas, el carácter no local de la Mecánica Cuántica. Este texto permite a no especialistas, con formación similar a la de un licenciado en física, recorrer en detalle esta apasionante aventura intelectual que se inicia en el pensamiento abstracto y termina en los laboratorios modernos donde se intenta desarrollar aplicaciones de la teoría cuántica como la encriptación cuántica segura y la distribución de claves.