Tradicionalmente, el entrenamiento vocal del actor ha supuesto una escisión entre vocalidad y corporalidad; y así también, la homologación entre voz y palabra. Dependiendo de los enfoques y tendencias sostenidas en este campo, la voz ha sido abordada como materia e instrumento aislado de cuerpo; en consecuencia, tanto los enfoques que apuntan a la corrección vocal y del habla, como aquellos que enfatizan lo corporal desde la subordinación de la voz, no han permitido un desarrollo integral del actor en la producción de vocalidades para la escena teatral contemporánea. El aporte pedagógico de varios preparadores vocales de occidente, es un insumo valioso para repensar, replantear y proponer una metodología capaz de contribuir en la formación del actor para el desarrollo y exploración de nuevas y diversas vocalidades arraigadas en el cuerpo, el movimiento y la acción. Así mismo, los estudios de Rudolf von Laban en relación al movimiento corporal (cualidades y acciones básicas de esfuerzo), son el material de fundamento para la aproximación sistemática hacia un entrenamiento vocal exploratorio, coherente y flexible para el actor.