La intimidad de las personas ha sido uno de los derechos más afectados y avasallados en los últimos tiempos con la evolución desmedida de los aparatos informáticos, generando incluso nuevas formas de vida y un nuevo enfoque social a la que todos llaman era cibernética. Esta nueva era cuyos aspectos rondan entre lo positivo y negativo, solo nos indica un desafío para establecer nuevas políticas legislativas, una reforma educativa y principalmente apostar a la conciencia y raciocinio de la sociedad que constituye el epicentro de la generación de las conductas delictivas.