La ubicación geoestratégica de la ciudad de San Luis Potosí respecto a los principales polos de desarrollo del país: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, le ha otorgado carácter estratégico al ser paso obligado para dirigirse a cualquiera de los puntos mencionados anteriormente, hacia el Golfo de México y la frontera Norte. Lo cual se traduce en una ciudad industrializada, factor que ha favorecido un crecimiento demográfico y espacial que ha traído consigo una serie de consecuencias como especulación del suelo urbano, contaminación, tráfico vehicular y una polarización social. Escenario en el que los desarrolladores inmobiliarios son piezas clave dentro del crecimiento de la ciudad, la vivienda se convierte en un referente obligado del crecimiento urbano debido a que es uno de los principales componentes. La morfología de la ciudad revela la falta de planificación y aunque esta existe desde el año 1993, los resultados obtenidos han sido pocos. Como referencia, la polarización entre clases sociales no es la excepción en la ciudad, donde las clases altas están fuertemente localizadas y por otro lado, las zonas pobres están localizadas en los peores sectores de la ciudad.