En esto que tienes entre tus manos, he derramado algunos de los pensamientos que nacen del manantial de mis adentros. Supongo que las aguas que nutren este hontanar son la propia vida, esas cosas que pasan y que quedan. Calmo con ello mi sed de expresarme, mi vicio, pretencioso quizás, de juntar palabras y que alguien las lea. Lacónicos intentos de explicarme al mundo, de entenderme a mí mismo. No hay panaceas ni llaves que puedan abrir ninguna tinaja de Pandora. Espero, eso sí, que en el fondo de todo, como en aquella, haya algún rescoldo de esperanza.