Arne Naess plantea una polémica y sugerente concepción de la ética que muestra aristas en cierto sentido inclasificables.Tan lejos de las tradiciones kantianas como de las utilitaristas; inclusive no del todo cerca de aproximaciones aristotélicas. Allí podemos encontrar reminiscencias existencialistas, wittgenstenianas, spinozanas y otras, pero también orientales, sin olvidar aspectos tomados de la Gestalt y la teoría de sistemas. Su estilo de producción filosófica no nos remite ni a la filosofía analítica ni a influencias francesas aunque toma herramientas de ambas corrientes de pensamiento. Quizá todo ello hace que su recepción por parte de algunos autores conlleve lecturas enriquecedoras aunque a veces también cuestionables. Su integración de ética, epistemología y ontología ha podido desorientar a mi entender no sólo a sus críticos sino también a algunos de sus seguidores. Aquí propongo una interpretación de la ética de Naess que me pareció la más adecuada de acuerdo a un análisis lo más ceñido a sus textos. Espero haber podido echar alguna luz sobre un movimiento y un tipo de pensamiento que ha logrado generar agudas polémicas desde hace casi dos décadas.