La cumbia en el crepúsculo del siglo XX se desborda de sus fronteras y contagia con sus sonidos a América Latina. Desde Monterey hasta Santiago, pasando por Lima y Santa Fé, hasta llegar a Quito se desarrollan diversas formas de cumbias. En ésta última ciudad adquiere el nombre de chicha, como contagio del Perú, pero con su propia propuesta e identidad. En este texto se agrupan elementos que identifican a esta música y que hacen que los jóvenes la acepten o la renieguen.