La protagonista de esta historia, mezcla de fantasía y realidad, es una minina casera, dócil, inteligente y muy guapa de nombre Pelusa, hija de una gata de pura raza persa y de un apuesto gato europeo. Del mismo modo que hacen todos los felinos, al venir a vivir a nuestra casa, adoptó a uno de sus habitantes como su mamá. Luego, cuando ésta se fue para siempre, la gatilla tuvo una nueva mamá, la tercera, y ella eligió para este trascendental menester a una servidora. La propia Pelusa narra en primera persona sus aventuras en la obra. Sus escritos tienen dos características que parecen contradictorias e incongruentes; a saber: por un lado, su vocabulario es muy amplio, tanto que puede llegar a ser una gata engreída y presuntuosa. Como ella dice: "soy una gata muy leída". Por otro lado, Pelusa tiene la simplicidad y la frescura de quien descubre la vida por primera vez. En esto radica precisamente su encanto, y también el de este libro: en esa mezcla casi imposible y hábil que posee nuestra heroína de sabelotodo y de ingenuidad, lo cual la convierte en un animal adorable.