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Este libro trata sobre la pintura mural de exterior en la arquitectura civil y religiosa de Málaga durante la Edad Moderna. La importante herencia cultural recibida de las fachadas pintadas, y su puesta en valor a partir de los años 90 del siglo XX, ha permitido recuperar su conocimiento, realizándose una ajustada investigación que partía del análisis del oficio de pintor de obra morisca y de aliceres o alizares contenidos en las Ordenanzas Municipales de diferentes ciudades andaluzas, así como el estudio de las diversas fuentes documentales. Asimismo, la adecuación y perfecta relación de la arquitectura con el lenguaje ornamental son objeto de estudio, como también lo es el capítulo dedicado a los significados. Este trabajo concluye con una reflexión sobre el proceso de recuperación de esta memoria cultural, y su incorporación a la ciudad