El sector productivo y el sector educativo deben trabajar en conjunto para desarrollar nuevos proyectos con ayuda de la investigación científica desarrollada en los centros educativos y financiados por la industria, con el fin de impulsar la formación de profesionales capaces de desarrollar, analizar y emprender nuevos proyectos que ayuden a la industria mexicana a crecer, fomentando la investigación científica entre ambas partes.