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En la Argentina la democracia burguesa ha estado en jaque, en los últimos años, por fuerzas distintas de las que el sentido común pequeño burgués imagina propulsoras de la "ruptura de la legalidad". Ese sentido común que pretende que sólo los "militares" están interesados en su clausura, a lo sumo junto con las fuerzas "de derecha". Ese mismo sentido común que cree que "en democracia" no pasan las cosas que pasan "en dictadura". No hay represión, no se criminaliza la lucha de la clase obrera, sólo se muere por accidente. Pero, como puso sobre el tapete la doble insurrección de diciembre de…mehr

Produktbeschreibung
En la Argentina la democracia burguesa ha estado en jaque, en los últimos años, por fuerzas distintas de las que el sentido común pequeño burgués imagina propulsoras de la "ruptura de la legalidad". Ese sentido común que pretende que sólo los "militares" están interesados en su clausura, a lo sumo junto con las fuerzas "de derecha". Ese mismo sentido común que cree que "en democracia" no pasan las cosas que pasan "en dictadura". No hay represión, no se criminaliza la lucha de la clase obrera, sólo se muere por accidente. Pero, como puso sobre el tapete la doble insurrección de diciembre de 2001, también las masas desafían a la democracia burguesa y lo hacen, contra su miseria y su irrealidad, en nombre de relaciones verdaderamente igualitarias. El libro que el lector tiene entre manos demuestra que ello no es una excepción de la pasada década sino, más bien, una constante.
Autorenporträt
Edgardo Bilsky formó parte de la juventud de los '70 que debió irse del país durante el Proceso Militar. En Francia se licenció en la Universidad de París VII y, durante los '80, dictó clases en París y en Buenos Aires. En Europa aprovechó para desarrollar su tarea historiográfica, breve pero significativa. Dos textos de su autoría serán claves en la renovación de la historia del movimiento obrero argentino en los años '80, a contrapelo de una historiografía que iba a hacerse dominante cambiando el objeto de estudio (de la clase obrera a los "sectores populares") y separando tajantemente la vida de la conciencia. Frente a esa tendencia se desarrolló otra, en la que Bilsky se destaca junto a Hugo del Campo y Ricardo Falcón, que contribuirán a remozar un oficio que hasta entonces, y con algunas excepciones, descansaba en memorias y escritos de protagonistas.