Las prácticas pedagógicas del maestro de primera infancia permiten reconocer el potencial y tenacidad de la acción impactante y curiosa de aquellos que tan a corta edad inician su escolaridad y que junto con su maestro hacen de la escuela un lugar provisto de significado, donde el proceso de enseñanza-aprendizaje y el desarrollo de estrategias metodologicas innovadoras incentivan el trabajo en el aula, todo esto en una estrecha relación con su entorno y un ambiente significativo donde se destaca el trabajo en la huerta escolar; ya que los niños y niñas comienzan la exploración y la experimentaión de un mundo lleno de cosas por descubrir, donde su fantasía y creatividad se ponen en manifiesto en cada una de las aciones que realizan.