La inclusión es un paradigma que garantiza una atención de calidad, eficaz, cálida y efectiva a las personas con necesidades educativas especiales, por lo tanto se requiere de estrategias de enseñanza para lograr la incorporación de quienes lo necesitan, proceso en el cual el abordaje de las emociones en los estudiantes es fundamental, debido a que las vivencias positivas o negativas y el contacto con sus emociones propicia un ambiente de aprendizaje favorecedor del desarrollo de sus potencialidades.